Alimentación Emocional y Desafíos Alimenticios Comunes
La gente tiende a enterrar sus sentimientos en la comida. La comida se usa a menudo como una fuente de consuelo para muchas emociones. Es como nuestro mejor amigo. La cirugía bariátrica proporciona una herramienta para controlar el tamaño de las porciones y, combinada con nuestro programa, puede enseñarle a elegir sus alimentos sabiamente.
La cirugía bariátrica no cambia su vida en términos de trabajo, familia y otros aspectos psicosociales. Si algunas áreas de su vida le están causando que coma en exceso, es posible que quiera dar un paso atrás y evaluar la situación. Usted debe esforzarse mucho para no usar los alimentos como una salida. Fije horarios de comidas consistentes y siga esa rutina.
Comprender la diferencia entre el hambre física y emocional. El hambre física es la necesidad fisiológica de comer y se acumula lentamente. Usted puede comer una pequeña porción de comida y estar satisfecho. Por otro lado, el hambre emocional es desencadenada por un aspecto psicológico y le golpea repentinamente. Usted desarrolla antojo por un alimento en particular y puede comer porciones grandes de ese alimento. He aquí algunos consejos que le ayudarán en el camino para abordar la alimentación emocional.
Planifique sus comidas y conozca sus emociones
- Planee sus comidas y refrigerios. Si ha planificado comidas y refrigerios, podrá detectar fácilmente la alimentación emocional si está buscando alimentos fuera de su rutina normal.
- Identifique sus emociones asociadas con la comida. ¿Está comiendo porque está estresado, aburrido, culpable, enojado, triste o feliz? Una vez que usted identifica la emoción, es mucho más fácil lidiar con ella.
- Rodéese de opciones de alimentos saludables. Si usted tiene una jarra de helado en su congelador, podría decidir servirse usted mismo en medio de la noche. Si usted sabe que no puede controlarse, entonces es mejor no tener los alimentos en su congelador.
- Asista a grupos de apoyo para desarrollar estrategias y tener una salida. Hable con su médico, dietista registrado o psicólogo para encontrar diferentes mecanismos de afrontamiento.
- Lleve un diario de sus comidas.
Hágase las siguientes preguntas
Si de repente tiene antojo de algo cuando ya ha comido o si comienza a tener sentimientos de ansiedad por los alimentos, es posible que desee considerar las siguientes preguntas:
- ¿Por qué quiero comer esto?
- ¿Estoy molesta por algo?
- ¿Estoy enfadado por algo?
- ¿Hay algo que tengo que hacer y que estoy posponiendo?
- ¿Algo más satisfacerá mi antojo?
- ¿Realmente necesito comer esto?
- ¿Estoy solo?
- ¿Estoy aburrido?
Una vez que haya contestado estas preguntas y examinado sus sentimientos, podría decidir no comer los alimentos ricos en calorías que está deseando. Al principio, tomar este tipo de prueba mental puede parecer antinatural e incómodo. Sin embargo, es el tipo de ejercicio mental que le ayuda a identificar sus sentimientos. Reconocer sus sentimientos y aceptar la responsabilidad de sus acciones es una parte muy importante de su recuperación y éxito a largo plazo.
Consejos para comer fuera de casa
La mayoría de la gente come fuera. Usted puede continuar disfrutando de comer fuera de casa haciendo algunos cambios en la manera en que se acerca a los restaurantes.
- Planee con anticipación. Guarde copias de los menús o entre en línea para obtener información nutricional de su restaurante favorito.
- Decide lo que quieres antes de irte, selecciona cosas que sepas que son seguras
- Pruebe primero nuevos alimentos en casa
- No tenga miedo de pedir ciertos alimentos o hacer pedidos especiales
- Evite los alimentos fritos
- Comparta una comida o ponga en una caja la mitad de su comida antes de comenzar. Coma de un plato de pan o de ensalada.
- Pida su bebida para llevar o un vaso de hielo.
- Evite comer en bufetes y restaurantes de comida rápida.