Hígado

El papel del hígado en la digestión

El hígado es el órgano sólido más grande dentro del cuerpo y juega un papel muy importante en el proceso de digestión al regularlo físicamente y asegurar la liberación de nutrientes post digestivos en el sistema.

El hígado es la glándula más grande del cuerpo y, por lo tanto, tiene muchas funciones importantes que no están relacionadas con la digestión, incluida la creación de proteínas y factores de coagulación sanguínea.

Cómo funciona el hígado con los otros órganos para la digestión

La mayor parte del flujo de sangre al hígado proviene de la vena porta. Esta situación es algo única ya que la mayoría de los órganos reciben su suministro de sangre de una arteria. La razón de esto es que los nutrientes digeridos del intestino delgado y la mayor parte del colon drenan directamente en las venas que se conectan a la vena porta. Por lo tanto, los nutrientes y los productos de descomposición de la digestión que deben filtrarse fluyen al hígado como primera parada antes de pasar al resto de los órganos.

El hígado juega un papel importante en la digestión y el procesamiento de proteínas, grasas y azúcares. El hígado ayuda a crear algunos de los componentes básicos de las proteínas necesarias para el cuerpo conocido como aminoácidos. El hígado juega un papel importante en la digestión de las grasas y en la producción de grasas necesarias para la función de los diferentes órganos del cuerpo.

Los azúcares simples se crean en el hígado al descomponer tanto las proteínas como los azúcares más complejos conocidos como glucógeno. El hígado también puede convertir azúcar simple en glucógeno, que es mejor para el almacenamiento. De esta forma, el hígado actúa como un centro de energía para el cuerpo. Controla el equilibrio del almacenamiento de azúcar simple y complejo y libera almacenes de azúcar cuando es necesario para obtener energía.

El hígado y la bilis

Producir bilis y desintoxicación son los roles importantes relacionados con la digestión que juega el hígado.

La bilis es un líquido amargo que se produce en el hígado. Su color varía de verde amarillento a marrón oscuro. Está compuesto de agua, sales biliares, colesterol bilirrubínico y sales inorgánicas. La bilis juega un papel importante en la digestión y absorción de los lípidos y también de las vitaminas liposolubles A, D, E y K. Los productos de desecho como la bilirrubina se eliminan del cuerpo a través de la bilis. La bilirrubina se produce durante el reciclaje de glóbulos rojos en el hígado. La bilis también sirve como un transportador para que el colesterol se excrete. La bilis es de naturaleza alcalina y neutraliza los ácidos estomacales excesivos antes de que los alimentos entren en el íleon. La bilis es de naturaleza antibacteriana y mata las bacterias que pueden estar presentes en los alimentos.

Después de producirse en el hígado, el jugo de la bilis se libera en el duodeno o viaja a la vesícula biliar para su almacenamiento. La bilis viaja a la vesícula biliar durante la etapa de ayuno y durante el almacenamiento se concentra hasta cinco veces su potencia original. La secreción y flujo de la bilis está controlada por las hormonas colecistocinina y secretina.

Aunque es posible que sea necesario extirpar quirúrgicamente la vesícula biliar , en una operación conocida como colecistectomía , el hígado continúa produciendo bilis de forma normal y, por lo tanto, la norma es que los efectos secundarios sean mínimos o nulos.

El hígado para desintoxicarse

El hígado también es un órgano importante para la desintoxicación junto con los riñones. Se descompone y elimina la materia que se genera durante el metabolismo de nutrientes y que ingresa al cuerpo en forma de medicamentos, humo de cigarrillos, toxinas ambientales, etc.

El hígado también sirve como un filtro natural que ayuda a descomponer el amoníaco, uno de los subproductos de la digestión de las proteínas. El hígado también ayuda con la descomposición de los glóbulos rojos viejos.