Un antojo de alimentos es un deseo intenso de un alimento en particular que generalmente no es impulsado por el hambre. La mayoría de las personas ansían los alimentos dulces y azucarados como el chocolate, el helado y el pastel. Literalmente, todo está en la cabeza. La investigación ha demostrado una relación entre el cerebro y el ansia de alimentos azucarados. La glucosa interactúa con el sistema de opioides en el cerebro. La ingesta de azúcar produce la liberación de endorfinas, hormonas felices, que median un mecanismo de retroalimentación que asocia los alimentos con la recompensa. Esta información también se almacena en los centros de memoria del cerebro, de modo que cuando se activan estas áreas de memoria, una persona siente ansias por ese alimento en particular. Los antojos a menudo se asocian con un alto estrés. Se ha demostrado que controlar el estrés y mantener a raya las emociones reduce el impulso de participar en antojos de alimentos particulares. Esto es útil especialmente si uno está luchando contra el bulto y los antojos hacen que la batalla para ponerse en forma parezca imposible.