El hígado juega un papel importante en la digestión y el procesamiento de proteínas, grasas y azúcar. El hígado ayuda a crear algunos de los bloques de construcción de las proteínas necesarias para el cuerpo conocidos como aminoácidos. El hígado juega un papel importante en la digestión de las grasas, así como en la producción de las grasas necesarias para el funcionamiento de los diferentes órganos del cuerpo. Los azúcares simples se crean en el hígado al descomponer tanto las proteínas como los azúcares más complejos conocidos como glucógeno. El hígado también puede convertir el azúcar simple en glucógeno, que es mejor para el almacenamiento. De esta manera el hígado actúa como un centro de energía para el cuerpo. Controla el equilibrio de almacenamiento de azúcar simple y complejo y libera las reservas de azúcar cuando se necesita para la energía.
Una de las funciones de la vesícula biliar es concentrar la bilis producida por el hígado. Principalmente al remover el agua, la bilis se reduce de un quinto a una décima parte de su volumen original hasta alcanzar la capacidad máxima de la vesícula biliar a unos 50 mililitros. Esta concentración es una especie de acto de equilibrio. Si la vesícula biliar no concentra la bilis, es posible que no haya suficientes ingredientes activos para descomponer una carga pesada de grasa, lo que ocasiona problemas digestivos. Si la vesícula biliar realiza demasiada concentración, la falta de agua puede estimular la formación de cálculos biliares alrededor de las impurezas en la alta saturación de colesterol.