La tecnología sigue avanzando exponencialmente. Este rápido avance en el arsenal de la atención médica ha dado como resultado una tecnología que reduce la invasividad y los tiempos hipotéticos de recuperación de una variedad de procedimientos quirúrgicos. La cirugía robótica puede definirse como el uso de un microchip que interviene de manera hábil entre el operador quirúrgico y el paciente. Si bien la cirugía robótica puede sonar un poco desconcertante al principio, el robot quirúrgico nunca realiza ningún movimiento independientemente del cirujano. Los cirujanos emplean robots como herramientas quirúrgicas para intentar ayudar a mejorar la precisión de la cirugía. Los robots quirúrgicos se controlan en un ordenador en una relación que no se clasifica como una que requiere un robot autónomo, sino más bien un telemanipulador.
Cuando los cirujanos utilizan un telemanipulador robótico, realizan físicamente los movimientos necesarios para la cirugía, pero no manipulan las herramientas directamente dentro del paciente. Un microchip traduce los movimientos del cirujano a través de una consola en señales de computadora que luego controlan al dispositivo robótico que realiza los movimientos quirúrgicos dentro del cuerpo. Las máquinas son capaces de proporcionar movimientos más suaves que los físicamente posibles con la mano humana, permitiendo procedimientos precisos que pueden posibilitar procedimientos más eficientes y un tiempo de recuperación más rápido.